jueves, julio 14

Matai



10 de julio de 2008

En la sagrada isla de Raiatea, un europeo permanecía sentado en la arena a medianoche con la compañía de una hoguera moribunda.
De entre la oscuridad de las palmeras se acercó un viejo jefe Matai. Arrugado, fibroso como un tallo retorcido pero digno como solo pueden serlos los ancianos sabios.
-Ia orana Maohi- exclamó
-Ia Orana Matai- contestó Xaime con respeto.
Hizo ademán de levantarse, pero el Matai le colocó una mano sobre el hombro, y detuvo su gesto.
Compartieron un largo rato de silencio contemplando el fuego. Los últimos rescoldos se reflejaban en el rostro del maduro europeo y dejaban entrever un pelo canoso, un cuerpo delgado y lastimado y unos ojos verdes y lejanos.
Entonces el Matai habló:
-"Maohi-dijo- has venido de muy lejos, has aprendido nuestra lengua en los libros, conoces nuestras canciones y nuestras leyendas, respetas a nuestras mujeres y juegas a nuestros juegos.
Te queremos, y te apreciamos como uno de los nuestros. Pero no lo eres Maohi.
Nunca has hablado de lo que te aprisiona y te he hemos respetado todo este tiempo. Pero como te amamos, Maohi, debemos pedirte que te marches.
No queremos que te escondas aquí.
Vuelve, arregla tu mundo, y regresa aquí cuando quieras....para quedarte. "
El Matai se levantó, y palmeó de nuevo su hombro. Se alejó..pero volvió sobre sus pasos e inclinándose levemente le besó en el pelo a la manera paternal polinesia.
Xaime quedó con el fuego en silencio...hasta que la última brasa consumió su postrero brillo.
Entonces arrojó arena sobre la hoguera.
Y entrando en su "fale" decidió que ya nunca mas huiria de nada ni de nadie.
Ni siquiera de sí mismo.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Y qué pasó despues? ¿hizo lo que el Matai decía? ¿reguesó? ...
Lo que sí espero es que se haya encontrado a sí mismo.
Un beso desde uno de tus mundos :)

01:59  

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