El mejor hombre de su generación

Andrés Díaz fue el mejor mediofondista de su generación. Nacido en A Coruña en 1969, empezó a entrenar en la cuadra de Emilio, con Ramón, Gilberto y compañía. Su talento, su armonía, su fuerza era inmensa. Era un placer rodar con él por el puerto, era un asombro verle hacer series de mil a toda pastilla. Hacíamos cuestas alrededor del estadio, hacíamos series de 200 en el Palacio de los Deportes. Y cuando en las noches de invierno llegábamos de rodar congelados...nos duchábamos sentados y vestidos hasta que las manos se nos desentumecían y podíamos sacarnos la ropa. Sin duda, éramos felices.
La selección natural actuó con su cuchilla en todos aquellos grupos de Riazor. Unos se cansaron, otros se marcharon, otros cambiaron de deporte, algunos se "rompieron" y sólo Andrés llegó a cuajar.
Ahora pasea por los Cantones, y puede decir que es recordman europeo de 1500, que tiene 3.31.48, que ha corrido Mundiales y que ha sido finalista en unos JJOO, y medalla de bronce en los Mundiales de Maehashi (Japón).
Pero lo que me produce una gran satisfacción, es que declare lo siguiente:

"Mis mejores momentos no coinciden con los mejores resultados deportivos, porque los que recuerdo con más cariño son los del inicio, a finales de los años ochenta en Riazor, sobre todo por la relación personal que había con mi entrenador y mis compañeros”, manifiesta Andrés Díaz, quien asegura que en aquella época “había un grupo muy humano y nos ayudábamos mucho, existía un gran compañerismo. Allí, en el estadio nos reuníamos todos los deportistas de A Coruña, y me divertía entrenándome, compitiendo y conviviendo”, a lo que añade: “Las pistas desaparecieron, empezó la cuesta abajo, yo me marché para Madrid"

Saludos Andrés.
No hagas caso a los que hablan del coco, todos sabemos que has sido el mejor de aquella generación.