La Decadencia
Me asomo a la puerta para ver como se aleja por la acera: lenta, segura, felina, un bellísmimo y temible animal.
-"Madre de Dios"- pienso.
Dos ejecutivos vienen de vuelta: jóvenes, ricos, engreidos, inútiles. En lugar de seguir a la mujer se quedan embobados mirando un deportivo inglés.
Han perdido su instinto. Definitavamente la especie empeora, la decadencia está cerca.